Cuando te enseñan a bucear te explican que es mejor no nadar contracorriente, que es un esfuerzo inutil.
Lo mejor es hacer una buena planificación y aprovechar esas corrientes para dejarse llevar. He intenado nadar contra vos, bracear en dirección contraria. Pero, como buen espiral sos, lo unico que hacia era nadar en circulos hacia tu centro.
Reconozco que ha habido momentos en los que de verdad pense que había escapado de vos, que hbaía logrado salir del remolino, pero no.
Ni he podido... Ni he querido. Hoy por hoy, no quiero nadar sin vos. Con tus cosas buenas y tus cosas malas. Con tus idas y venidas. Necesito agarrarme a vos para no ahogarme. Porque a pesar de lo que digas, me das tanto... me ofreces tanto que.... que no puedo rellenar el hueco que ocupas.
Puede que suene a derrota, a rendición. Nada mas lejos que eso. Me costo mucho entender lo que te quiero.
En absoluto es una derrota. En realidad, es una victoria sobre mi misma, sobre mis dudas, sobre mi victimismo.
Se que la decisión es la correcta. Basta verme la cara, el ánimo, ver mi sonrisa, entrar en mis sueños... decis que no es bueno supeditar la felicidad de uno mismo a otra persona, que no podemos depender tanto de otro. Lo sé. Pero mi propia felicidad pasa por vos, querido. Sos lo que quiero. Sos lo que necesito.
No va a ser fácil, seguro. Ya se lo que hay en ese revuelto de sentimientos, culpabilidad y deseos que tenes ahí arriba. No, seguro que vienen malos momentos. Pero contá conmigo.
Bienvenido de nuevo querido.
Aunque asi... entre nosotros... Vos nunca te fuiste.
Agradecimientos especiales: LA COCTELERA.