
Eran geniales. Juntos te contagiaban ese no se que.
El la amaba, solía decirles, ella también. Tardo en decirlo pero no en demostrarlo.
Fueron 5 meses, parecía una eternidad, o al menos así lo vivió ella.
Nunca jugo con sentimientos de por medio.
Pero esta vez, su estrategia fallo. El amor era el juego que le tocaba, o el único que en el armario apareció.
No sabía como, le daba miedo jugarlo, pero lo enfrento.
Ambos están en el casillero en el que pierden el turno, mientras juegan las otras fichas.
Ella aprendió que amor se llama el juego y que, si ya lo había empezado, debía terminarlo…
Pero lo que no sabia, era como.
El la amaba, solía decirles, ella también. Tardo en decirlo pero no en demostrarlo.
Fueron 5 meses, parecía una eternidad, o al menos así lo vivió ella.
Nunca jugo con sentimientos de por medio.
Pero esta vez, su estrategia fallo. El amor era el juego que le tocaba, o el único que en el armario apareció.
No sabía como, le daba miedo jugarlo, pero lo enfrento.
Ambos están en el casillero en el que pierden el turno, mientras juegan las otras fichas.
Ella aprendió que amor se llama el juego y que, si ya lo había empezado, debía terminarlo…
Pero lo que no sabia, era como.