Que tan perverso puedes ser?

El piso estaba mojado, la silla parecía haberse contagiado su humedad. No existía ventana o puerta alguna, por ende el ingreso a ese siniestro lugar era lógicamente imposible. El aire no circulaba.
Él no sabía por que estaba allí, sus manos estaban impedidas de movimiento alguno, Él no sabía si sus ojos estaban cerrados o abiertos ya que la diferencia era imperceptible. Sabía que estaba solo, sabía que tenía miedo, sabía que tenia frío, sabía que algo iba a pasarle.
Hacia mucho tiempo había dejado de creer en los finales felices. A pesar de esta cantidad de situaciones adversas, un solo pensamiento estaba claro, “Necesito luz.”
Yo lo imaginé, yo imaginé a este chico y reía sola, yo lo puse ahí a sufrir. No, no se por qué, tal vez para enseñarle, ¿Que cosa? Bueno, puedo ver a alguien acercarse en este momento con una linterna.-

she said, she said.-

Hay un tema de The Beatles, es de John, dice que estaba en un viaje de ácido y alguien se le acerco y le dijo que sabía lo que era estar muerto, de ahí en adelante imagino lo que podría ser una conversación con alguien que parecía haber ido más allá.
Pero bueno ese no es el caso, tan solo quería usar el titulo para exponer mis problemas actuales con el juego.
El principal es no entender, no el juego en si, ni en sus objetivos, ni sus reglas sino su razón de ser, si la tiene.
El otro problema es yo, yo y mis voces, soy capaz de oírlas, escucho, veo y pienso a mi persona como a dos, totalmente antagónicas. Una pidiendo el límite, lo no correcto y lo autodestructivo sobre todo, el juego en si.
La otra, mas reflexiva, ve los errores del pasado y suplica por algo real, dice que el juego no lo es, pero sí las consecuencias dolorosas de éste.
Se llevan mal, muy mal, acaban de llegar al punto de no tolerarse en lo absoluto y de no saber cómo convivieron tanto tiempo juntas.
Una la mira a la otra y se burla, no para de reírse con crueldad. Esa es Penny Lane.
La otra la mira y se horroriza, le teme, se indigna ante su maldad, esa es Natalia.
Ninguna de ellas entiende por que ahora están tan divididas, eran una sociedad secreta y perfecta, no existían reproches ni miradas raras, esas de las que ahora abundan.
Las épocas de la absoluta armonía parecen haberse disuelto, una posible explicación, si acaso la hay, podría ser el mismo juego, que termina por ser de nuevo la conclusión y el único culpable de todo.
Él que siempre quiere ganar y termina por comerse a las personas y dejar moribundos a los jugadores, que, sin su parte humana, no saben que hacer, tan solo tantear las paredes que los rodean, con miedo y con la certeza de que se pierde en todo esto, y mucho.
Ahora, sabiendo las consecuencias reales, ¿Decidís igualmente jugarlo?
Penny lane dice que sí. Natalia dice que no.

"Experta en este juego"




Me pidió que le explicara el juego.
Ella quería jugar, pero no conocía las reglas...


Le conté que cada uno propone sus propias reglas, que se juega como cada uno quiere y cuando lo quiere también...
Pero lo más importante, es ser consciente que es todo un juego.
Después de unos minutos de silencio y de cara con expresión pensativa, me cuenta que se cansó de sufrir y que va a empezar a jugar.
Me dijo "Yo puedo ser experta en este juego"...
Podrá una persona tan sentimental empezar a jugar?...
Claro que si!
Si realmente queres... Podés!

THE GAME IS JUST STARTING...

suéter.-

Cuando fui a sacarme el suéter por que ya había llegado a casita, noté que una de las mangas curiosamente se había enganchado con la pulserita que amorosamente me había regalado mami, desde ese momento en adelante comencé a imaginar como seria mi vida si el suéter fuese imposible de desenganchar e inconvenientemente me obligue a continuar con el toda mi vida.
Imagine lo incomodo que sería para subir al colectivo, para trabajar, o para lavar los platos.
El suéter y yo, juntos para todos lados. Incómodo, incomodísimo. Por ende decidí arrancarlo, y aunque no me hizo gracia romper el fino hilo que nos unía me obligué a hacerlo, sí fue algo egoísta pensar tanto en mi y en mi propia comodidad, pero bueno, era imposible de imaginar una vida tranquila con algo atándome a sus caprichos, en algún momento me tenía que deshacer de él.
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